Biarritz

Siempre que voy a Biarritz acabo haciendo turismo. Bueno, turismo exactamente no lo sé, pero siempre acabo dando una vuelta y pensando lo de «que bonito es todo esto». Y es que es cierto, es un sitio precioso, muy cuidado, elegante, con clase… No es que me muera por ver los escaparates de Hermès, pero reconozco que tienen su punto. Biarritz, especialmente fuera de temporada, sin tantísima gente como en verano, tiene un sabor difícil de explicar: un poco antiguo y rancio si quieres, igual es por eso…

El puerto viejo es de lo más fotogénico, y eso que yo soy un patán con la cámara.

Y la Côte, pues siempre será la Côte, con toda esa cantidad de gente imposible en el agua, pero con algo que te llama irremediablemente.

Y la foto de Villa Beltza, que imagino que no puede faltar.

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