
Viejas fotos de una vieja tradición: la siesta. Soy un ferviente defensor de la siesta, practicante convencido de una costumbre que para mí por lo menos es necesaria; mi cuerpo me lo pide.
Soy de los de 10-15 minutos de siesta diaria, no más. Si la cosa se alarga demasiado va en contra de mis intereses, me levanto apijotado y me cuesta de veras arrancar. Sin embargo, siendo breve, me da tiempo a cargar las pilas y volver a la vida como un campeón.
Las fotos son de un tiempo en los Estados Unidos cuando la siesta estaba más arraigada. Se practicaba en parques públicos sin problema, cosa que ahora es prácticamente impensable.
Via Archival Clothing





Viva la siesta! 😉
se yo de uno que duerme encima de una piedra,ja,ja