Corrían los primerísimos ochenta, y mi hermana estudiaba en San Sebastian. Un buen día se me ocurrió pedirle que fuera a comprarme una revista de surf a Pukas, de aquella casi el único sitio donde se podían encontrar.
La compró, me la metió en un sobre de esos marrón y la envió sobre la marcha: fué la primera de unas cuantas. No puedo describiros mi excitación cuando veía entre el correo aquellos sobres marrones con mi nombre: los abría, veía la portada de la revista y entraba en éxtasis absoluto.
Hay que dejar claro que la información relativa al surf en aquella época era cero, nada. Cualquier cosa, absolutamente cualquiera, era recibida con los brazos abiertos, y un número reciente de Surfer Magazine era un tesoro. Reconozco que empollaba las revistas; leía lo que podía y me aprendía los nombres, memorizaba las fotos… En serio que no es comparable a nada vivido posteriormente. Es más, a día de hoy, veo un sobre de esos marrones y me acuerdo de esos envios. Ah!, y ni que decir tiene que las guardo todas!
Cuanta razón tienes, yo estaba suscrito a la revista surfer, y cada vez que llegaba a casa nos pasábamos horas mirando la revista y comentando las fotos. Ahora es más fácil y puedes ver cantidad de videos, pero la emoción de entoces no tiene comparación,que nostalgia