Las despedidas, por definición, son tristes. Afortunadamente, si las circunstancias son favorables, pueden aminorarse y hacerse más llevaderas.
Esta semana he dicho adiós a mi Bing Trimulux, pero Neptuno debe pensar todavía que soy buen chaval, y me ha regalado unas condiciones idílicas que ha hecho de la despedida una auténtica fiesta.
Pinchar sobre las fotos de Claudio para verlas mayores en una nueva pestaña, que siempre se agradece.
Com essas ondas todas as despedidas seriam fantásticas !!!!ahahah
Cuando una puerta se cierra, siempre hay otra que se abre….anda no te quejes, tienes buenas olas, así cualquiera se despide 🙂
Pues se ha metido dos bañacos aqui la mar de buenos. Eso si, ya es la segunda vez que me preguntan: ese era el tablón de chuck, no? pues si ERA 😀