Dedico esta entrada a un par de muy buenas amigas mías que desde hace un tiempo se han metido en una pequeña aventura: Kikokin. Empezaron poco a poco y están logrando cumplir su sueño a base de esfuerzo y trabajo.
Hacen bolsos a mano, a medida, a gusto del consumidor. Son unas artistas, trabajan a conciencia y su mejor premio es saber que los clientes quedan satisfechos. Les gusta lo que hacen y se nota; cuando tienes fe en tu trabajo nunca se sabe donde puedes llegar, y estoy seguro de que van a seguir adelante.
Os invito desde aquí que visiteis Kikokin y veais lo que hacen. De veras que son productos muy bien elaborados, con muchísimo cuidado y amor, y eso se nota.