Que un vecino te diga que tiene una máquina de escribir que no sabe que hacer con ella, que te pregunte si la quieres (obvio la respuesta) y que aparezca en la puerta de tu casa con semejante maravilla…
Pues no se si tiene precio, pero hay cosas que le alegran a uno el día. El «trasto» es una Noiseless Portable del año 1923-24 en muy buen estado y ya reposa por alguna esquina de casa.
qué suertudo !
Yo también quiero vecinos como el tuyo ¿como se llama 🙂 ?
¿Vas a venderla? Avísame y hablamos de business. Saludines
No Carmen, no tengo pensado venderla, lo siento!!!
Te entiendo perfectamente. Yo tampoco la vendería !!! 🙂