Vale que estaba pequeño, si, pero los que tenemos un longboard sabemos disfrutar de baños así; es más, nos encantan. El frío era intenso porque un viento helador cortaba la mañana, pero a veces las ganas pueden más que la cabeza.
Me puse todo el neopreno que tenía por la furgo: guantes, gorro, escarpines. Y lo cierto es que no pase nada de frío, me encontré muy cómodo y bien en el agua. Compartiendo olas con mi heredero, no se puede pedir más…
Fotos: Anthony Hetch (si pincháis sobre ellas se amplían)
Al chaval le gustan las olas pequeñas, así que no hay problema…
Y encima lo suyo son las derechas!!
A veces no es fácil encajar un longboard en determinadas olas…
Eso aquí es un baño mediano chuk… Un abrazo!!! 😉
Sí, un bonito baño mediterráneo