Cuando te planteas comprar una furgo hay que valorar muchas cosas: coste del cacharro, antigüedad, kilómetros, habitabilidad, fiabilidad, estado general… y además algo tan intangible como «mola mucho o poco». Yo me niego a comprar algo que no me guste, y digo que me guste a mi, no al resto del personal. Que te guste a ti no quiere decir que le guste al resto de los mortales.
He tenido algún cacharro feo, que de feo que era, era guapo; o al menos a mi me lo parecía…
Os cuento esto porque en cuestión de furgos se pueden dar muchas vueltas, y siempre se acaba con una T3. O al menos valorándola. Es una furgo muy bonita y con una capacidad como ninguna. Siempre, absolutamente siempre está en la mente de cualquier furgonetero que se precie. Y esta que veis, a la venta en Barcelona, estoy seguro de que os va a gustar…
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