Recuerdo con verdadera nostalgia cuando mi hermana estudiaba en Donostia. Yo le pedía que me comprara alguna revista de surf y ella, que se enrollaba de lujo, me las enviaba de vez en cuando.
El sobre de papel marrón sobre mi mesa cuando llegaba del colegio, con los sellos de correos y mi nombre en el destinatario me producía una sensación difícil de explicar. Abrir aquello y encontrarse con un par de ejemplares, me desbordaba. Directamente me sentaba y LOS DEVORABA. Memorizaba de arriba a abajo los nombres de los churfers, los sitios, las marcas, los logos… absolutamente todo. Mi inglés era de andar por casa, pero me estrujaba el cerebro para entender los giros y expresiones de aquellos artículos. Las fotos eran punto y aparte, pues no entendía como se podían hacer cosas así; tanto la calidad de las mismas como las maniobras, las olas y los tubos, eran algo que sencillamente me cegaba.
Eran los años ochenta y yo estaba empezando con todo esto. La información de la que disponíamos era muy escasa, por decir algo, así que las revistas lo eran todo. Los ejemplares pasaban de mano en mano, se compartían, se sobaban, se estudiaban…
Ahora me encuentro que una de las grandes, Surfing Magazine, echa el cierre. Sentimientos encontrados que comparto con la gente de Mar Gruesa. Una pena porque el papel es el papel, y creo que nos perdemos una parte muy bonita de todo esto. Aunque por otro lado también asumo mi parte de culpa al explotar el «online» desde hace años en este blog.
En fin, los tiempos cambian y habrá que ir adaptándose, aunque la nostalgia a veces nos juegue malas pasadas…
Me acuerdo que hace ya tiempo publicaste un articulo en Diario de un Churfer contanto lo del sobre marron y las emociones al recibirlo. Una pena lo de SURFING pero ye lo que hay… :(.
UNA PENA, mi curiosidad por el idioma empezo leyendo estas revistas, y una muy especial que recuerdo contaba la historia de Eddie Aikau.