La idea de mandar a un goofie con el estilazo de Adrien Toyon a surfear una izquierda como Desert Point es muy buena. Pero si encima está detrás nuestro adoradísimo Kylian Castells, la cosa se pone interesante. Evidentemente la ola es brutal y el churfer de nivel, pero el punto de vista de Kylian es especial, singular.
Son solo tres minutos que se hacen cortos; vaya olas, vaya tubos, vaya luz, vaya todo!!! Acojonante…