Tenía pendiente enseñaros un poco los cacharretes que vi por California, así que aquí os los cuelgo. Como podréis imaginar, no paré de ver coches preciosos por todas partes. Me llamó mucho la atención la cantidad de clásicos que ví, muy en forma la mayoría. Muy bien cuidados y en uso, pero es que me temo que el clima seco de la zona ayuda mucho a su conservación; el agua y la chapa no son buenos aliados.
Eran tantos y tan apetitosos que pronto me di cuenta que no merecía la pena hacer fotos; lo suyo era disfrutar de ellos y pasar un poco de la cámara, lo siento. Aún así, afoté alguna cosa por ahí…

El que abre el post es un Chevrolet Impala del 64 que me encontré en San Onofre. Precioso, como podéis observar. El dueño me lo enseñó como quien muestra su juguete más preciado.

Y si, efectivamente el parking de San Onofre es tal y como os lo imagináis. Cada uno aparca mirando a la playa, y la lista de cacharros es de lo más variado.

Este ya salió en otro post, pero merece la pena repetir sin duda alguna…

Ni que decir tiene que el tamaño SI importa, y a alguno se le va la olla de vez en cuando. Fijaros en la altura del morro de este «truck»… se le fue la mano, sin duda.

Con lo que este Volkswagen Variant se queda como si fuera un mosquito al lado de tanto monstruo.

Vi muchos, muchísimos Volkswagen. T1 y T2 por todas partes, sinceramente. Esta T2 del parking de Swamis estaba realmente hecha polvo..

Este Volvo 1800 me hizo parar el coche y entrar a verlo a un concesionario. El dueño del compraventa resultó un aficionado a las motos que cuando le dije que era español os podéis imaginar… me subió a Mark Marquez a un pedestal sobre la marcha!

Este Corvair estaba en el parking de Dana Point…

Y este Rambler aparcó al lado mío en Mitch Surf Shop. Tenía vidilla encima, pero era maravilloso…