Soy muy malo con las fechas y no soy capaz de recordar cuando fue aquello. Haciendo cuentas es posible que fuera el año 2001, pero no estoy seguro. Nos reunimos unos cuantos que de aquellas le dábamos al tablón; Eramos pocos, pero bien avenidos, muy bien.
El caso es que nos juntamos una tarde de verano cualquiera para hablar sobre lo que podría ser un Club de Longboard. No teníamos claro ni lo que queríamos hacer ni como, sinceramente; bueno, en realidad no sabíamos nada, pero el caso es que durante la conversación alguien comentó que podríamos hacer una especie de reunión anual de tabloneros. No se si fuí yo o quien, pero a mi me pareció una idea estupenda. Ni campeonato ni nada, la premisa era reunirnos y pasarlo bien sin más, la palabra «Festival» enseguida salió a relucir porque aquello no tenía que ser una competición, tan solo una reunión.
Así empezó todo, y al poco se celebró el primer Festival de Longboard de Salinas. Yo no pude asistir porque me había ido de vacaciones a Canarias con mi familia, y bien que lo sentí.
A partir de ahí la cosa creció y creció hasta donde ha llegado ahora.
Por el camino quedaron muchos de los que empezaron. Por diferentes circunstancias se bajaron del carro, y el único que se mantuvo desde el principio, y que es la cabeza visible desde hace años es Pepe Hevia, a día de hoy organizador del evento.
Nunca imaginamos en lo que se acabaría convirtiendo, de ninguna manera. Ninguno de nosotros se lo tomó demasiado en serio, y fue la increíble respuesta de la gente lo que hizo el festi tan grande, está claro. El acierto fue la idea de montar semejante historia, pues cada año se apuntaban más y más gente. Gente nueva que añadía frescura, creo que todo el mundo fue recibido con los brazos abiertos.
La cosa se hizo grande y más grande, cada vez más, y de alguna manera se perdió la inocencia de los primeros años. Creo sinceramente que fue el dinero el que lo enturbió todo. Sin intereses comerciales la cosa era blanca, pero el poderoso caballero hizo que se permitiesen cosas que no se deberían de haber permitido. No culpo a nadie, de ninguna manera. La pasta es muy golosa y a nadie le sobra, y es necesario cuando quieres montar algo así, no nos engañemos. El dinero es necesario, pero también es complicado lidiar con él.
Nada volverá a ser igual, nada será lo mismo, pero creo que sigue habiendo espacio para el disfrute. Todo es tener una actitud positiva y querer pasarlo bien, no es tan complicado.
Nos vemos a finales de Julio en Salinas.