Esta muy claro que de los errores se aprende, y que a base de bofetadas se llega a la excelencia. Bueno, pues con el Festival de Longboard de Salinas ha pasado algo parecido. Han sido años con problemas, con fallos y errores, pero al final creo que hemos llegado a una edición que se puede calificar de excelente.
Habrá por supuesto gente que critique cosas, nada ni nadie es perfecto y todavía hay margen para las mejoras, pero lo que no cabe duda es que el salto de calidad es evidente.
Por una parte, la zona de camiones de comida con la carpa gigante, las barras de cerveza en medio y el escenario, esta francamente bien.
Por otra, las zonas de mercadillo, separadas la parte de surfing y de mercadeo puro y duro, no hay mucho que decir. Es muy correcta y cómoda para los feriantes; se vende y la gente lo sabe. Se ha recuperado el paseo, lo cual ha sido una alegría porque es como volver a los origenes. Han sido pocos los valientes que se han atrevido a ponerse ahí, pero chapó.
Sin embargo, lo que mas me alegra y por lo que realmente felicito a la organización es por haber «pasaportado» a los chavaletes. La fiesta que éstos montaban, y sobre todo la zona de acampada, no tenían cabida en el festival. Lo del «Vietnam» era una barbaridad insalubre, un asco y un dolor; no tenía nada que ver con el surfing y sobraba. Ahora ese espacio lo ocupan furgos de gente que viene a lo que viene.
Los crios se han desplazado al pinar, a una zona donde no molestan a nadie (ni si quiera a los que protestaron por la ubicación del Festival de Ewan, mira por donde, a escasos 10 metros de esta zona). Todos contentos porque realmente ni nos enteramos de lo que se cuece en esos dos escenarios y zona de acampada.
En fin, que hay que ser justos y felicitar de veras a Pepe y a su equipo por el currazo que se han metido. Esta es la linea a seguir sin duda alguna, esto es lo que hay que ir reforzando y así hay que crecer. Nos queda un fin de semana con buenas olas y mucho ambiente, a disfrutar!!!