Cuando un tipo como Elmo Hernández te propone una sesión de fotos hay que decir que si, siempre. Cierto es que cuadrar horarios de trabajo, mareas, fuerza de la mar y luz solar supone la resolución de un algoritmo francamente complicado. Aún así, conseguimos darnos un baño.
Tiene un encargo entre manos muy concreto, y sobre esa idea estamos trabajando. No os creáis que es sencillo, porque la fotografía acuática es muy, muy complicada. El churfer tiene que estar muy pendiente del fotógrafo, especialmente por la lente que usaba, pues había que pasar muy cerca de la carcasa. Afortunadamente Elmo además de ser fotógrafo es un nadador excelente, cosa fundamental porque se tiró un buen rato peleando entre espumas y corrientes.
En fin, repetiremos, por supuesto, y saldrán fotos mejores. Aún así, con las difíciles condiciones que nos encontramos, no estuvo nada mal!!!
Gracias mil Elmo!