Os escribo estas lineas desde Asjabad, en Turkmenistán. Un pais del asia central, al norte de Iran y bañado por el Mar Caspio. Una antigua república socialista soviética muy cerrada, sin turismo, dirigida con mano de hierro por un presidente que tiene una categoría casi divina.
Estoy con la gente de Sport and News cubriendo los Juegos Asiáticos Indoor, que este año se celebran aquí. El país ha invertido 5000 millones de dólares en este evento, un presupuesto aún mayor que el de las últimas olimpiadas de Río. Y es que en Turkmenistán tienen el dinero por castigo, pues están encima de una de las reservas de gas mayores del mundo. El gasto en el evento ha sido pues, increible; las instalaciones son absolutamente espectaculares.
La ciudad de Asjabad en si, ya es como de ensueño, porque desde que descubrieron el gas, no hace mucho, se han dedicado a construir edificios de mármol blanco. Si a eso le sumas una obsesión enfermiza por la limpieza (mujeres que barren las carreteras, policía que controla que los coches estén limpios…) el resultado es una ciudad irreal, como el plató de una película dedicada a la ostentación.
Eso si, el pueblo de a pié vive como en la época soviética. En unos edificios humildes como pocos, o en casetas con techo de metal. Sumidos en un mundo irreal, alejados del resto, sin internet, sin televisión exterior. Ven lo que el presidente quiere y claro, se sorprenden cuando ven un extranjero.
Cuando me acerque al mostrador de Emirates en el aeropuerto de Barajas y les di mi pasaporte, el empleado de turno cogió el teléfono y llamo a la encargada: «está aquí el de Turkmenistán». Ahí empezó un viaje muy poco común…
Os seguiré contando.
La inauguración de los juegos fue espectacular, con un espectáculo de luces y gente brutal.
Pero este es el Turkmenistán de verdad, el que no te aparece cuando buscas fotos por Google… Si no hay fotos de gente es porque ellos no quieren; cuesta mucho convencerles.
Auryna me acompañó en el autobús del aeropuerto. Es una azafata turkmena que habla un poco (muy poco) inglés. Cuando le pedí hacerme una foto me dijo que no, por supuesto. Me la encontré en la Villa Olímpica a los dos días y esta vez accedió a hacerla, aunque no le hizo mucha gracia…
Suerte y disfruta de la experiencia.