Si ves un tipo saliendo del mar camino de la ducha después de un baño, con la pierna del traje de neopreno llena de agua, con un caminar torpe y bastante pasado de kilos, lo podrías calificar de muchas formas, pero nunca de profesional. Pues precisamente eso es Dane Reynolds y precisamente así lo vi salir del agua en Zarautz.
Me llamó la atención poderosamente, aunque más me llamó cuando al cabo de un buen rato lo vi surfear exactamente tres olas. Tres olas en las que volaba a una velocidad muy superior al resto de los mortales, y efectuaba unos giros que no eran de este mundo.
Pero lo que más me gustó de él era como se esforzaba en pasar desapercibido. En un ambiente en el que todo el mundo quería ser o parecer «cool» como Alex Knost, Dane se esforzaba por no ser demasiado visto y por mantenerse al margen de todo aquello. Fue de lo que más me gusto del Duct Tape, sinceramente.
Me iba a hacer una foto con él porque me lo habían pedido, pero acabé invitándole a una cerveza; coincidimos en la barra de un chiringo y le dí las gracias por el fanzine que me había enviado años atrás. Me pareció un tipo estupendo.
NOTA: os recomiendo Napkinapocalypse, la cuenta de su señora, hijos y animales varios.