Maldita ley de vida

Pocas veces me había costado escribir tanto como estos últimos días. Llevo dándole vueltas a la pérdida de Jacobo, y no me acabo de hacer a la idea. Creo que va a aparecer como cualquier otro día debajo de casa con aquel «que pasa vecino!!» tan suyo, o paseando por el pueblo, o en el mar, donde siempre coincidimos.
Tuve la suerte de compartir su último baño, de saltarle una de sus últimas olas; pero también tuve la desgracia de verlo inerte en la orilla, luchando por quedarse con nosotros. Me temo que va a ser una de esas cosas que no me quite de la cabeza jamás. En ese momento pensaba que lo iba a conseguir porque era un tipo duro, pero cuando al día siguiente me dieron la malísima noticia, me quedé helado. De hecho todavía no lo puedo encajar, no me quiero imaginar sus allegados más cercanos.

Describir a Jacobo es muy fácil porque era un buen tipo, muy bueno. Una persona super afable, que buscaba el saludo, siempre con una sonrisa, con una conversación. Surfista absolutamente insaciable de todo tipo de olas, con una forma de surfear preciosa que se reconocía perfectamente. Siempre mantuve que tenía uno de los mejores estilos de la playa.

Nunca tuvimos una amistad estrecha, pero siempre nos respetamos y nos llevamos muy bien, aunque bueno, ¿quién se llevaba mal con Jacobo? A los hechos me remito, porque Salinas lleva unos días triste, muy triste. Veo caras largas por el pueblo, el mar sigue en calma como queriendo guardar luto por su pérdida, llueve, y todas las conversaciones giran sobre lo mismo, «que putada lo de Jacobo».
No lo vamos a superar, no lo vamos a olvidar jamás. Maldita ley de vida, las cosas no funcionan así, y un tío como Jaco no se debería haber ido tan pronto, no es justo.
Un abrazo amigo, estés donde estés.

2 comentarios

  1. Mira a Nino Bravo, se mató en el 1973 en la curva de Villa Rubio, con 28 años la verdad es que tenía una larga carrera por delante, no pudo disfrutar del gran éxito del momento que fue America, no conoció a su segunda hija ni vio crecer a las dos en fin una pena

  2. Mi más sincero pésame a su familia y amigos. Cuando lei la noticia enseguida me viniste a la cabeza y ahora me quedo helado leyendo que estuviste con él en su último baño. Mucho ánimo para encajar esto.
    Un abrazo

Deja un comentario