Igual os suena raro, pero seguro que estáis de acuerdo conmigo. Hay días en los que ves el mar, medio guapo, y te imaginas una sesión estupenda. Entras al agua, y por una cosa u otra no pillas ni una ola, o por lo menos la cosa no acaba siendo como te imaginabas.
El otro día me pasó un poco eso. Buenas olas, con cierto tamaño y fuerza, pero no hice más que remar y remar contracorriente para obtener un resultado muy pobre. Cuatro olas en hora y media no es una buena media, sinceramente, porque además ninguna de ellas fue para tirar voladores. Una pena, porque además tenía al amigo Elmo Hernández tratando de hacer fotos y las cosas no salieron como deseamos.
Lo dicho, hay días que si, y días que no. Y tocó no!