Este verano esta siendo muy caliente en la playa de Salinas, y no lo digo por las temperaturas. Estamos teniendo un montón de incidentes entre surferos y socorristas, apareciendo incluso en la prensa escrita, con comentarios en ambas direcciones.
La cuestión de base es «no se puede hacer surf en las zonas de baño». Parece claro, aunque a veces puede haber segundas lecturas o errores de bulto que me gustaría aclarar.
La zona de baños la marca el equipo de socorrismo todas las mañanas, dependiendo del estado de la mar y de las corrientes. Este año se ha dado la circunstancia de que la zona de baños se coloca justo delante de una de las mejores zonas surfeables de la playa. Lo cierto es que la zona de olas es precisamente segura para el baño pues no hay corrientes y las espumas aseguran pocos peligros para los bañistas. Aquí empieza pues la lucha de los surferos por ocupar esa zona, y por los socorristas en sacar del agua a los mismos.
Los bañistas afirman que la playa es muy grande… si, es cierto, pero no se puede surfear en cualquier sitio, y mira tu por donde, que el pico donde esta la zona de baños es cojonudo.
Algunos surferos los saben, pero otros no. Dentro de los que lo saben, los hay listillos que se la juegan al borde del precipicio, y si corren una ola más de lo debido, entran de cabeza en la zona prohibida. Otros surferos no lo saben, son principiantes y ya tienen bastante con remar sobre la tabla; no se enteran y hasta que no los echan fuera no son conscientes.
Hay de todo como en botica, y por culpa de unos cuantos no vamos a demonizar a toda la comunidad surfera.
También es cierto que se debería de buscar una zona que esté más libre de «olas surfeables». Este año están siendo muy estrictos, porque todavía recuerdo la final del Longboard Festival, donde los competidores no podía surfear derechas porque entraban en la zona de baños… Algo ciertamente lamentable para un evento de esa categoría que se celebra una vez al año.
En fin, el tema da para mucho. Sobre todo decir que el surf esta creciendo a pasos gigantes y que hay que regular las cosas. El mar no es un patio de recreo para cualquiera, y estamos poniendo en peligro la seguridad de muchos, tanto de bañistas como de surferos. Es el Ayuntamiento el responsable de poner un poco de cordura, de eso no hay duda alguna, y por ahora aparte de cobrar a las escuelas de surf por el uso de la playa, poco más hemos visto.
A ver si se sientan este invierno y le dan una vuelta a todo, porque esto se está convirtiendo en un caos total.
Veremos…